En Colombia, el porcentaje de mujeres que se desempeñan en el sector tecnológico no supera el 30 %, de acuerdo con el más reciente estudio de la compañía especializada en educación tecnológica Crack The Code. Además, solo dos de cada diez mujeres eligen estudiar una carrera relacionada con ciencia y tecnología.

Para ahondar en el tema, y conocer con más profundidad hablamos con Sofia Caro, quien desde su experiencia nos habla del escenario de las mujeres en tecnología en Colombia, las posibilidades que existen de incentivar su participación desde edades tempranas, y cómo eliminar los estereotipos de género puede expandir la posibilidad y realidades de las mujeres en su entorno.

Sofia Caro es Account Manager. Su experiencia con las comunicaciones entrantes y la gestión de clientes ha ayudado a las empresas emergentes a lograr los resultados de relaciones públicas deseados. Su experiencia internacional de pregrado le ha permitido desarrollar las habilidades de adaptabilidad, competitividad y comunicación necesarias para administrar una variedad de cuentas de una variedad de industrias que incluyen diseño de interiores, inteligencia artificial, ciberseguridad, tecnología de la salud, hospitalidad y más. Sofia es Colaboradora en Pulzo, Social Geek y Entrepreneur.

  • De acuerdo con lo anterior, ¿Cuál es tu punto de vista de las mujeres colombianas en tecnología y cuáles son referentes relevantes para seguir y aprender de ellas?

Las mujeres colombianas que incursionan en el mundo de la tecnología son mujeres que quieren dejar huella. En un país en el cual la cultura patriarcal ha prevalecido por tanto tiempo, las mujeres que deciden entrar a esta industria son agentes de cambio y de transformación. Por tanto, opino que estas deben ser reconocidas, resaltadas y aplaudidas. De esta manera podemos hacer que sean visibles dentro de la industria y así mismo, que puedan ser mostradas como ejemplos para el resto de mujeres de nuestro país. 

→ Una de las mujeres referente en dicha área es Sandra Hinestroza, quien además cumple el rol de Directora general de HP Colombia en la actualidad. 

  • ¿Qué mejoras has visto en los últimos años referente al crecimiento del género femenino en dicha industria?

Para comenzar el porcentaje de mujeres que aplican a estos cargos en la industria tecnológica ha incrementado del 12% en el 2015 al 51% en el 2021. Es decir, las posibilidades y la oferta de trabajos para las mujeres ha aumentado también significativamente. 

Así mismo, las iniciativas como Women in Tech Colombia y WISE Latin America, (un programa gratuito que consta de talleres de formación y mentorías, el cual tiene como objetivo apoyar la creación de emprendimientos liderados por mujeres) aportan al crecimiento educativo de las mujeres en el sector, lo que como efecto secundario, permite el crecimiento de este target específico dentro del sector Tech.

Por otro lado, el ministerio de tecnologías de información y comunicaciones ha creado espacios que promueven a las mujeres en la industria, es el caso de Hacker Girls, un proyecto que promueve la educación y el trabajo para mujeres en ciberseguridad.

Oportunidades como estás parecen ser cada vez más visibles y presentes en Colombia, posicionando al país como uno de los líderes en la región en el fomento y capacitación de mujeres en seguridad digital. 

  • Reflexiones sobre lo que podemos hacer para empoderar y formar a las mujeres en el país y crear una industria tecnológica mixta y participativa.

Para generar un entorno en el que las mujeres puedan sentirse respaldadas, se necesita una “infraestructura” necesaria que genere una demanda significativa en el ámbito laboral para las mujeres. Así como incentivar la participación activa de las mujeres en roles de liderazgo. 

Otro punto importante es el apoyo a las empresas lideradas por mujeres. Bien sea, por medio de mentorías, recursos y financiamiento que le permita a estos negocios y emprendedoras tener acceso y soporte y así mejorar las oportunidades para estas. 

  • De acuerdo con los resultados del informe de la empresa ‘¿Dónde estamos ahora? Entendiendo el rol de las mujeres en la tecnología’, que, entre otras cosas, reveló que un 30 % de las mujeres de la región cree que la falta de representación femenina las hizo dudar de ingresar a la industria TI. Las que más dudas tuvieron fueron las brasileñas (39 %) y chilenas (34 %), seguidas por peruanas (30 %) y colombianas (29 %), y finalmente las mexicanas (26 %) y argentinas (24 %). Se necesita visibilizar y fomentar los nuevos modelos para seguir dentro de la industria. ¿Qué acciones deberíamos comenzar a tomar para incentivar a las mujeres a educarse en tecnología”?

Para convocar a mujeres a educarse y aprender conocimientos relacionados con tecnología, es necesario, que los currículums de los colegios desde los primeros grados sean fuertes en STEM y que hayan iniciativas en las que se destaque a las mujeres que han sido pioneras, aquellas mujeres en las que otras mujeres pueden verse reflejadas, un ejemplo seguir, una especie de ídolo, que nos demuestre la posibilidad de que una mujer tenga esos conocimientos y ocupe grandes cargos. Así mismo es importante que los colegios trabajen d manera consciente en disminuir la brecha de género y que planteen escenarios en los que se demuestre que sin importar el género todos podemos tener las mismas capacidades, siempre y cuando se generen las mismas oportunidades. 

Por otro lado, es sumamente importante que haya un apoyo directo y accesible dirigido a las mujeres de cualquier nivel socioeconómico para educarse en tecnología. Por ejemplo espacios de networking en los que las mujeres que ya esten la industria puedan ser referentes y hablar desde su experiencia a otras mujeres. Y que estos espacios sean de conexión y redes de apoyo en el que que mujeres apoyen mujeres, y desde sus miradas y experiencias propias inviten a las demás a creer que se puede estar en el escenario de la tecnología independientemente de tu género o identidad. 

  • Cómo dar reconocimiento y espacio a las mujeres por sus aportes a la ciencia en el campo STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, por sus siglas en inglés) creando motivación en ellas misma e inspiración a las nuevas generaciones.

Como sociedad, haciendo visible sus logros y su trabajo. Aplaudamos lo que han logrado, hablemoslo entre nosotros, seamos voceros y multiplicadores de estas grandes mujeres. Si todos y cada uno de nosotros adquiere una perspectiva en la que las mujeres en STEM son mujeres ejemplo de vida, así como lo hacemos con los grandes líderes que han sido inspiración para todos, y les damos a estas mujeres su valor por haber atravesado y superado las barreras que como país y sociedad tenemos, solo así se hace posible abrir un espacio que motiva y alienta a las nuevas generaciones. 

  • Los estereotipos de género influyen en nuestras aspiraciones y sueños. En un mundo donde desde la primera infancia los niños son motivados a jugar con robots y carros, versus las niñas a las que se les instala la idea de jugar a “la cocinita” o con bebés. ¿Cómo podemos como sociedad incentivar a las niñas a incursionar en el medio tecnológico?

Educar a las niñas desde una edad temprana, desde diferentes ángulos es sumamente importante. Por otro lado generar desde el ejemplo y la lúdica el ejercicio de crear y creer, instalar la idea de que ser lo que quieras ser es posible, un ejercicio que empieza en casa y que debe replicarse en cada escenario donde se desarrollan.

Como también, familiarizarse con el concepto de tecnología, conocer, interactuar y observar la ciencia y la tecnología como algo que hace parte de la vida, y no como un conocimiento distante y desconocido.

Los hogares y las familias también juegan un rol fundamental. Si los padres normalizan en su cotidianidad e incluyen temas de conversación y discusiones donde mujeres ejemplo son enseñadas como referentes, permiten que las pequeñas, comprendan que es posible ser una mujer e incursionar en este medio. 

Se trata de sembrar una semilla que dará el fruto de la autoconfianza, un espejo en el que pueden verse reflejadas y que puede ser motor para hacer que las niñas ahora sueñen con ser científicas, astronautas, dejando atrás el reforzado estereotipo que llevaba a las niñas a soñar limitadamente.